Los caminos del habla

En son de efemérides y un poco de actualidad

11 de septiembre de 2011

Septiembre negro, setiembre, mes lleno de sucesos memorables, no porque merezcan la memoria sino porque ella es no prescindible, no se la puede eludir. Mes, también, de sucesos innombrables. La radio, empero que se apoya en las efemérides rememora, trae a presencia y ahora más que nunca cruza, combina, hibrida dos acontecimientos alejados si nos movemos en el espacio-tiempo reciente  11 de setiembre del 73, 11 de setiembre del 2001; ambos marcan virajes en la historia cercana, regional, latinoamericana el primero, cercana mundial, el segundo; virajes también en la historia personal.  Derrocamiento de Allende en Chile, dictadura sangrienta miles de muertos no se sabrá cuantos, nunca. Anuncia el comienzo del fin de una época; luego vendrá a la Argentina, el terror vestido con botas negras. Derrocamiento también -¿se aplica ese nombre, o más bien el derrumbe de las torres gemelas?- La radio conversa los detalles en la voz de sus testigos y protagonistas, y cada detalle esta transido de vivencias; Ari escucha a Wainfeld que cuenta sus recuerdos. Cada uno de esa generación tiene sus recuerdos personales atravesados por esos acontecimientos que impactaron sensiblemente a la región o al mundo. Todo se refleja en la pantalla de la propia memoria tan indiscutiblemente nítido, a pesar de las advertencias de Mike de que no es posible ese tipo de recuerdos, que hay que cuidarse de ellos como del demonio porque pueden hacer caer en el abismo de la falsedad, piensa él, y ella, en cambio, que renunciar a los recuerdos es quedarse por dos veces huérfana de alma, como una mónada hueca navegando en el espacio. ¿Quién conmigo recordará los juegos de la infancia, los dichos y las historias de mamá, esos que a veces aparecen un tanto dislocados por el uso o el desuso, quien conmigo recordará las pasiones y los rencores? Ella recuerda, empero, 11 de setiembre del 73. Cómo olvidarlo si ya Manuel recién regresado de Santiago había arreglado todo para ir a trabajar al sur ni bien naciera Fede. Cómo olvidar si aún deambula el recuerdo del peso del bombo no del bombo peronista sino del bombo a secas que también era peronista y socialista y latinoamericanista y con toda esa carga y ese peso -que ya estaba por parir y se sentía- se caminó la distancia desde plaza de mayo hasta Libertador y Tagle, la embajada, el consulado de Chile. Wainfeld en la radio recuerda, hasta las siglas que se cantaban, “hermano, chileno, no bajes la bandera, que aquí estamos dispuestos a cruzar la cordillera” -¿para emular al libertador?-. Pero no cruzamos la cordillera, atravesamos apenas esa distancia mínima que para Ari y el bombo no era tan mínima, y más bien fueron ellos los chilenos que se cruzaron la cordillera como pudieron para refugiarse y poder contar su historia de milagros y  coincidencias afortunadas que les dieron la chance de contar. Recordaba al chileno, padre de los mellizos que contaba su insólita historia de cómo salió de La moneda ante un susto mayor, locas peripecias y algún descuido carabinero. Todos los que pudieron llegar hallaron hospitalidad porteña y lazos de amistad se tejieron al son de esas historias milagrosas. Desde aquí, sólo más tarde algunos cruzamos la cordillera con destino no a Chile sino a Perú donde todavía no alcanzaría la ola del terror. Imposible de olvidar porque fue realmente traumático, mezcla de dolor y de alegría por la espera del hijo, y en pocos días el nacimiento. Que los recuerdos no se matan ni quedan neutralizados por efecto de teorías sobreimpresas. Todos los 11 después del 10, se revive el suceso como se reviven los mitos cado año con una versión que repite y varía los detalles que no el núcleo del sentido. Ari recuerda especialmente esos 11 porque vienen después del 10, día de su aniversario, y la memoria se le desliza a esos 11 de setiembre de la infancia, asueto escolar por ser el día del maestro, y a las fiestas escolares a que la llevaba la madre con bailes, cantos y el regreso a la casa cargada de regalos, Ari siempre se preguntaba por qué si el cumpleaños era de ella los regalos los recibía la madre. Por cierto estos recuerdos de infancia afloran en los años menos conflictivos como este en que tranquila escucha por la radio las variadas reproducciones, interpretaciones de los hechos que se repiten –decíamos- como los mitos.

Y luego esta el del 2001, del que ahora se ahora se cumplen 10 años. Acaso por eso se recuerde con más intensidad que el del 73. Pero no es sólo por eso, los medios que son ajenos suelen ignorar el golpe chileno, los medios y los gobiernos que son cómplices prefieren ignorar. Y acá también se mezcla todo; uno no puede dejar de recordar el momento mismo en que vio en la tv los aviones  impactando sobre las torres, era martes a la mañana, uno no se olvida de eso ni se olvida de qué cosa representa esa fecha para su vida personal, ella que dice tener varias vidas como los gatos, he aquí una fecha que como la del 73, pone un hito, un comienzo y un fin. Entonces era el comienzo de su ser madre, en el 2001 el comienzo de su vuelta a la vida solitaria cuando Manuel ya se ha ido y los hijos comienzan a abandonar el nido. Año por cierto traumático que marcó el comienzo de una nueva política imperial, antiterrorismo explícito, y un reacomodamiento en lo íntimo, en lo privado, por eso de la disolución y luego la soledad.  “Pero si vos siempre estuviste sola” –observaba Gastón- haciéndole  consciente una realidad no advertida que sin embargo podía fácilmente asumir como muy íntima. Porque hay los que nacen para solos y en esa carrera se galardonan y hay los que nacen para acompañados y en eso se empeñan con feroz terquedad aunque como decía el primo Rafo “más vale solo que solo acompañado”.

11 de septiembre de 2013

Este año la fecha redonda es la del golpe chileno, 40 años, por lo que ahora tiene la prioridad en los  comentarios. No se escuchan recordatorios de las torres gemelas, Hoy, Chile, es noticia: actos, homenajes, publicaciones, programas en todos los medios, perdones, tardíos, por cierto, Chile hace catarsis 40 años después, dice un título de Página 12.  Y entre todas las historias que se cuentan y cosas que se recuerdan una que viene bien traer al aquí y ahora por las semejanzas, siempre hay un semejanza cuando se trata de atropellos imperiales, siempre es oportuno recordar estas tristes semejanzas, porque siempre hay un nuevo caso, por lo de Siria, digo.

Aquí les dejo el link de diálogos sucesivos entre Nixon y Kisinger  para que los lean  tal cual, con sus puntos y sus comas.  

Conversación de Nixon y Kissinger sobre el derrocamiento de Allende

El Comercio (Ecuador)-08/09/2013

Comentarios registrados en cintas magnéticas del presidente de Estados Unidos Richard Nixon y de su asesor de seguridad nacional luego ...

 

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